Tres mil latidos y doscientos litros de sangre

Si pudiera ser la misma en dos mitades, amor, te vestiría con el mismo nerviosismo con el que me dejas desnudarte, limaría mis errores para que el tropiezo fuera suave y sería a la vez precipicio e impulso de todos tus miedos y sueños. (Elvira Sastre)

Te vi…

Te vi follar y fallar y no sé cuándo me gustaste más: si cuando te contemplé proclamándote diosa o cuándo te observé confesándote humana (Elvira Sastre)