El canto de ella

Y allí estaba ella, a pocos metros de mí. Respiré en la premisa del dolor. Pude acercarme a decirle muchas cosas. A decirle lo especial que siempre fue ver el mar a través de sus ojos o decirle cuán distinto es el calor que no viene de su piel.Que todos mis principios siempre acaban olvidados…

Te vi…

Te vi follar y fallar y no sé cuándo me gustaste más: si cuando te contemplé proclamándote diosa o cuándo te observé confesándote humana (Elvira Sastre)