Madre, la vida me está matando.
La vida que tú me diste, conmigo está acabando.
En mis ojos solo hay una realidad,
ojos que al final nunca vieron la claridad.
Padre, arrópame hoy, quítame este temblor,
que ya solo vómito la sombra del dolor.
En mi cuerpo todo se refleja,
y poco a poco mi mente se aleja.
No quiero morir, por favor ayudadme,
que aún estoy a tiempo para salvarme.
Padre, madre, no saben cuánto lo siento,
pero no es justo pagar con mi propio sufrimiento.
Ya no siento nada… y aquí en el hospital
me dan tratamientos para una enfermedad letal.
La luz se apaga y con ella mi vida,
los ángeles ya me llevan con el final del SIDA.
(E.M.A)
¡Sacude el alma profundamente!
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Gracias por leerlo y por bellas palabras!!
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