Nombras mi nombre, y aun no me conoces,
buscas pecados o el sentido que lo roce.
Proclamas lo tuyo, aun siendo mío,
pues a tus ojos, ¿cuál será lo vivido?
Temes o ríes al mismo tiempo, no sabes la razón de enamorar,
y menos de abominar, sin embargo odias por amar.
Dime qué hablas… y dime pues lo qué callas,
es tu alma la delatadora de tal quimera trama.
Y ahora… ¿qué?… Estás confuso en todo,
pero sigues tu camino, y lo comprendes a tu modo.
Me tienes presente, incluso viéndome partir,
cuando los dos concebimos que nunca llegué a estar aquí.
Hombre, honor sin él, precio que pones a tu vida,
valorando lo invalorado, santo de aquesta sinfonía.
Vuelas en el cielo, y caminas en el infierno,
este es otro sueño del que serás o no prisionero.
¿Qué fin ponemos entonces? El silencio es ahora libertino
¿Será real o irreal? Qué más da, pues soy yo… tu destino.
(E.M.A)
Me encanta… Ha sido un honor, es hermoso sentirse destino de otra persona. Besos a tu alma.
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Qué le vamos a hacer… Soy partidaria del destino 🙂
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