Solo el ahora subsiste,
siendo sombra ajena de lo que fue.
Intervalos escritos sin motivos,
penumbra, fuego dentro de la sed.
Partimos de la nada, de su nada,
de algún momento entre hoy y ayer.
Somos entonces silencio del pasado,
desdén veloz, un simple instante renacido.
Pues las historias halladas evolucionan,
se enredan o nunca concurrieron.
Son memorias de aire fluyendo en el espacio.
Tropezamos en el miedo con la esperanza ,
tiempo que condicionamos para vivir.
En extremo opuesto, tiempo detenido,
tiempo que no retornara, se va,
quedándonos con la idea enmascarada
de aquellos que viven su propia realidad.
Retoña el instinto de una luz tenue,
pero se apaga encubierta en la continuidad.
¿Por qué?
Porque solo lo que se olvida permanece,
y lo que se recuerda son instantes
de un sueño que huye hacia el olvido.
(E.M.A)