Y parar el tiempo…

Y que cada segundo no se consuma en la ignorancia de lo que pretendemos…

Porque una vez que nazca el sol, tú volverás a tu mundo y yo al mío.

Tú bañarás de lógica los muros de tu piel y yo disfrazaré el epicentro de la razón con el conformismo del ayer.

Tú me mirarás ignorando cualquier caricia de dolor y yo te sonreiré escondiendo cualquier atisbo de felicidad.

Tú bailarás con la sensación que se encuentra ante lo desconocido y yo beberé con la sensación que arrastra simplemente el olvido.

Tú desvanecerás entre silencios cubiertos de risas y yo apareceré con el sonido de alguna conversación perdida.

Cuando nazca el sol, tú tomarás el bus que te atrapa en la distancia…

Y yo, yo meramente regresaré…

Porque, tal vez esta noche, las mariposas decidieron revolotear alrededor de un cigarrillo consumido.

Porque, sencillamente, dos extraños casuales pueden coincidir en el mismo camino.

Así que, paremos el tiempo, arrebatemos esa última copa antes de que nazca el sol.

(E.M.A)