Las tinieblas llevan consigo el dolor de la soledad.

Ya no queda camino para aquellos que dejaron de estar.

El recuerdo, ese recuerdo, apenas sentido en el frío,

mar de demasiadas dudas, desierto al libre albedrío.

Castillos, y sombras en un cuadro insípido,

detalles de un sin nadie que anduvo corrompido.

Los ojos dejan mares de ideas aun sin descubrir,

maldigo la hora en la cual todo tiende a abatir.

Sonidos de un pobre vagabundo en el infierno,

hojas que se caen y no vegetan en su invierno.

Sean estas u otras palabras que desangran,

como he podido cavilar que luego se acaban.

Cinco minutos nada más en el crepúsculo,

condena sin presión, cadenas que siento a menudo.

Intento escapar…intento quedarme aquí

es una sensación que precede a la lluvia sin fin.

Intento sentir la culpa sobre una quimera de paz,

cuan pasaje es ahora este que me estrangula sin rezar.

No es difícil cualquier deseo que me empuje al destierro,

ni es tan fácil cualquier ilusión que me de vida en el entierro.

Luz, lejana en la agonía, desolación por el paso del retraso,

desdichados los que lo vieron, honrados sobre su fracaso.

Gris, blanco, negro… puntos de color sin serlo en el recuerdo,

foto tomada en la realidad, vida que pincelas en naciente ensueño..

Ensueño del despertar, ensueño del misterio,

dame cuento en existencia, finalmente destruiré mi cautiverio.

(E.M.A)