Puf… ¿Por dónde empezar? Empezaré por el principio….
Eres libre, soy libre. Somos cómplices de esta pura realidad. Sin embargo, desearé robarte tus quimeras en esas noches donde no me necesites y querré deslizarme en tus mañanas provocando los motivos de tu sonrisa… Desearé grabar mariposas en tu estómago y encender con ardor ese brillo que en ocasiones falte en tu mirada… Pero sobre todo, desearé saciar tu corazón con una crónica llena de nuestras huellas.
Te impregnaste en mí al igual que el humo se impregna en la ropa… No quiero perderte… Te extraño más allá del opaco albor de la luna.
No soy princesa, no quiero que seamos una pareja ideal. Quiero gritos, desesperación, enfados, letras que desborden, masticar la agonía, lágrimas, diferencias a la hora de percibir las cosas… Quiero agitar montañas, discursos desocupados y luchar en batallas pérdidas… Quiero la rutina en nuestro sofá, ese momento favorito del día, y saber que a cada soplo nos faltan más pasos y nos sobra paradigmas… Así que prometo no buscar cuentos inexistentes… Te quiero a ti con cada una de tus imperfecciones, ya que estas casan perfectamente con las mías. No hay más… Nos elegimos cuando teníamos que hacerlo y aquí seguimos, ante todas las improbabilidades.
Tengo bastante claro que no te necesito para poder vivir, pero mi vida es mejor si noto tu piel contra la mía, si tus besos estremecen mi esencia… y es que en ese preciso instante nada más importa. No tienes una idea de lo especial que eres para mí, y es que con una simple palabra tuya, o una escueta caricia, cambias un mero momento de mierda… Haces que lo malo se haga más llevadero.
Eso sí, no quiero que me hagas ser feliz, quiero que seamos felices juntos… Quiero que nos mustiemos juntos.
Ni que decir, me encanta que me provoques, que me pienses aun teniéndome a tu lado, que me demandes ya sea en silencio o gritando a puro pulmón.
Por favor, huéleme hasta que me gaste.
Me encanta complicar mi historia con tus labios y que el calor de nuestros cuerpos converse con la frialdad de nuestras sabanas en el invierno… Me encanta el arte de ser niña cuando esculpimos idioteces o cuando respetas mi soledad percibiendo que mi alma está pidiendo que precisa volar…
Me encantas tú… Y podría decir un millón de cosas que me haces sentir… Pero joder, prefiero fundirte con un simple te amo… Porfa, empápate de mí hasta que lo nuestro se guarde para futuros versos.
Prometo ser sincera.
En la vida que nos resta, querré en todas las ocasiones que seas tú, fuera de máscaras. Por muy empinadas que sean las cuestas, por muchas grietas que tenga el camino. Me encantas tal y como eres, y por tópico que suene, no quiero cambiarte. Pero, eso no significa que no desee con todo el corazón que seas mejor en cada etapa. Espero que alcances cada uno de tus sueños, y espero estar ahí, a tu lado, para verlo. Y no solo me refiero a esas veces en las que logres triunfar, sino también a las veces en las que caerás, en las que te rendirás. Del mismo modo, prometo no dejar de ser yo porque tú debas ser tú.
Te respeto y te admiro. Conozco tu pasado, tus secretos, tus miedos y tus errores. Nunca te he juzgado y nunca lo haré. Sin embargo, no querré evitar aconsejarte, reprocharte e incluso exigirte más… ya sabes que soy así. Ya sabes que voy a besar cada una de tus heridas abiertas, mas luego no pidas que no las eche alcohol para poder subsanarlas.
Amo tus demonios y danzaría con ellos. Forman parte de ti, de ese mundo en el que me has dejado entrar. Así que prometo no tomar distancia si al bailar con ellos me quemo.
Soy condenadamente tuya.
Sé que somos muy diferentes. Que en ocasiones nos perdemos en la oscuridad de no conocernos del todo, de no coincidir, pero no me importa, andaría toda esa distancia que nos separa si es para estar a tu lado.
Reconoceré que, incluso, lo difícil no es solo ser diferentes. Sé que también es difícil cuando estamos rotos, cuando los impedimentos no dejan de ahogarnos, cuando la lluvia y las nubes son grises, cuando la duda asalta nuestras mentes. Pero no desconfío de que lo nuestro valga la pena, porque lo vale.
Yo te buscaría en todos los lugares, en todos los minutos, en todos los destinos, en todos los bailes lentos y sin luz… Te buscaría volteando atardeceres, la brizna de la mañana y mi existencia si hiciera falta.
Soy torpe… Eres torpe… Quizá no del mismo modo…
Me gusta la forma en la que me ves, y no te equivoques, sé que no soy perfecta. Yo también querré abandonar, rendirme, desgarrarme, decir basta y pegar un maldito portazo. Pero prometo tomar aliento, respirar y… volver a abrir esa puerta para no rompernos. En ocasiones me costará estar, comprenderte, e incluso llegaré tarde a tus necesidades, pese a ello conseguiré llegar. Seré la rima en tu desorden, seré tu manera de acariciar el aire, seré los agarres de tus renglones torcidos y la pérdida que encontraste ganando. Tal vez no sea en el segundo que tú quieras, pero ten paciencia, conseguiré llegar.
A veces no sabré qué decir, a veces preferiré darte un abrazo de esos que te quiebran por fuera y unen por dentro, de esos que se dan al borde del precipicio, no para salvarte, sino para calmarte.
En la misma línea, seguramente no todos los días te diga que te quiero, no obstante intentaré cada día conquistarte, cuidarte y respetarte. Demostrarte que eres mi todo, que eres tú a quién elegí para sonreír, que nuestras manos son piezas exactas que están entrelazadas en la misma dirección.
Prometo ser tu compañera de viajes, sin olvidar que nuestro mayor viaje es la aventura de estar juntos.
Prometo un aquí y un ahora. No estoy hablando de un ahora efímero, me gustaría demostrártelo cada día hasta que el último suspiro nos quite la vida.
(E.M.A ´17)
Wow…..
Me gustaLe gusta a 1 persona